25 feb 2009

El acueducto. Capítulo XI.

(Para ver el capítulo I pinchar aquí).

Pasaron unos minutos hasta que Juan Luis recobró su ritmo de respiración habiltual. Y poco a poco Blas fue encajando la broma intentando poner su aprecio por el chaval por delante de su maltrecho orgullo.
-Es usted un artista gastando bromas.
-Gracias, hombre.
-Pero la próxima vez le arrancaré los ojos.
Juan Luis, conteniendo un nuevo ataque de risa, se sentó en el sofá al lado de su amigo.
-Veo que me vuelves a llamar de usted. Eso es señal de que me has perdonado.
-No sé no sé.
-Y ahora, Blas, ¿me vas a decir cómo has entrado?
-Tengo la llave.
-¿La llave?
Blas le mostró con cara de pillín dos horquillas de Marita.
-¿Esa es la llave?
Ahora era Blas quien reía.
-¿Bueno vale, supongo que alguna razón habrá para que hayas entrado aquí clandestinamente, y espero que…, para ya de reír, espero que me la expliques.
Blas fijó su vista en la oscura pantalla del televisor apagado y en voz baja dijo: - Es una larga historia.
-Y creo que me la vas a contar…
-Me parece que no tengo otro remedio.
-Está claro que no. Creo que tengo derecho a saber más de alguien que tiene la llave de mi casa.
-Cualquiera la tiene.
-Pero no cualquiera la usa.
-Está bien. Vamos a ver, no sé por dónde empezar. Por cierto, ¿tiene usted algo de comer?
Juan Luis se quedó tieso, pero se dio cuenta de que él también tenía hambre. Eran ya altas horas de la madrugada y los efectos del whisky habían dejado paso a un hambre voraz.
-Buena idea. Vamos a la cocina, a ver qué hay.
En unos segundos la mesita del sofá, la de poner los pies, estaba repleta de queso, jamón, buenos embutidos y un porrón de vino. Dejaron aparte cualquier otro tema y dieron buena cuenta con gran placer de todo aquello.
-¡Qué maravilla! ¡Estaba todo buenísimo!
Juan Luis sonreía satisfecho mientras servía el café.
-Huele bien…
-Es una mezcla especial que hace mi tío. Es un artista.
-No lo dudo.
-Venga Blas, suelta prenda.
Blas desenfocó la mirada e hizo una larga pausa que Juan Luis respetó. Quería contar la historia desde el principio sin dejarse ningún detalle.
-Ahí va… Mi abuelo tenía un restaurante en Segovia.
-¿Tu abuelo?
-Sí, mi abuelo.
-Parece que va a ser una larga historia.
-¿Cómo ha deducido eso? ¿Será porque ya se lo he dicho antes?
-Vale vale, sólo espero que no sea una de tus trolas.
-No lo es.
-Te creo, de momento; sabes que a mí ya no me engañas.
-En fin, mi abuelo, Eusebio Cuesta, tenía un restaurante en Segovia.
-¿Cuesta? Tú no te apellidas Cuesta…
-¿Quiere usted dejar de interrumpir?
-De acuerdo, ya me callo.
(Leve pausa).
-Mi abuelo tenía un restaurante en Segovia.
Juan Luis apretó los labios con un disimulo muy poco discreto para no dejar salir de su boca otra interrupción al tiempo en que Blas le apuntaba amenazante con la cucharilla del café.
-Era un negocio humilde pero les daba a él, a su mujer, Serafina Cantalapiedra, y a su hijo Damián, de 16 años, lo suficiente para vivir sin demasiados apuros.
Un día aparecieron por alli dos italianos. Se hacían llamar Rodolfo y Lucio Spaggiari, y decían provenir del corazón de Sicilia.

-Juan Luis escuchaba atentamente cautivado por el arte que tenía Blas para contar historias. Pero sin dejarse ir completamente, no fuese que Blas hubiese encontrado la manera de endosarle la mayor trola jamás contada sin que se diese cuenta-.

Rápidamente se hicieron clientes fijos, adoraban la manera de cocinar de Serafina. Iban a cenar casi a diario y se zampaban formidables banquetes.
Además, dejaban generosas propinas y agasajaban a la cocinera con agradecidos elogios.
Los Spaggiari vestían de manera muy elegante y se comportaban con modales muy refinados. Sin duda, pertenecían a una buena familia.
A mi abuelo no le caían demasiado bien, ni a Damián tampoco, pero sus ingresos se habían doblado desde que ellos venían, no sólo por sus grandes comilonas, si no porque su presencia había atraído a clientes de clases más altas.
Una de esas noches, Rodolfo Spaggiari pidió a mi abuelo que preparase una exquisita cena con lo mejores mariscos para la noche siguiente, quería celebrar la llegada a Segovia de dos miembros más de la familia, Roberto y Nicolás, respectivos hijos primogénitos de Rodolfo y Lucio Spaggiari.

18 feb 2009

Otro mensaje

Desde este humilde blog quiero enviar otro mesaje, pero éste está dirigido particularmente a mis lectores.
Aunque hasta Homer Simpson los podría contar con los dedos de una mano, y es posible que le sobrase alguno, sois muchos más de los que esperaba.
Mi más sincero agradecimiento.
Os aseguro que me hace mucha ilusión. Al fin y al cabo lo que aparece en este blog es una parte de mi vida.
Escribir estimula y enriquece, y saber que alguien va a leer lo que escribes es de lo más halagador.
Y por eso os voy a hacer un regalito. Aquí os ofrezco unas bonitas fotos. Espero que os gusten.
Ups, perdón, esta última se me ha colao.

Por último me gustaría recordaros que, ya que lo que gusta de este blog son las bobás pseudoliterarias, a veces en las entradas de discos el lápiz coge las riendas y escribe sobre lo que le parece. ¿Habéis visto la de Motorhead?
Saludos cordiales.

11 feb 2009

“Vivir del viento” – Alberto Vázquez Figueroa (2003)

Vázquez Figueroa ha utilizado el formato de novela para escribir una denuncia muy directa a la corrupción que envuelve al negocio de los aerogeneradores que tan buena imagen tiene en la sociedad.
La novela es una historia inventada, con personajes imaginarios con personalidades y problemas distintos, pero lo importante del libro es el mensaje, que le deja a uno con una mosca enorme detrás de la oreja, de esas verdes, gordas y peludas, y te hace mirar a los gigantescos molinos de viento de una forma distinta.
Además del tema de la corrupción, en éste y otros ámbitos, trata el tema de la enfermedad terminal, el amor, la lucha por la justicia aunque signifique la ruina personal o lo que es lo mismo, la integridad humana, y otros temas profundos que el autor de “Tuareg” sabe tocar con maestría. No desperdicia ni una oportunidad para exponer su idea sobre los temas más variados, sobretodo en boca de Bruno Barreto, que es sin duda el personaje más atractivo del libro, aunque sea secundario.No es una novela apasionante ni especialmente adictiva, pero sí muy interesante y agradable y fácil de leer.
Me ha gustado.
Ahí van un par de fragmentos que he extraído. Que cada uno juzgue.

“El cáncer nace, aún nadie sabe exactamente por qué razón, dentro del propio cuerpo, por muy perfecto que éste sea, se desarrolla sin control ni explicación posible, y unas cuantas estúpidas y enloquecidas celúlas destruyen por completo en pocos meses la maravilla que otros millones de inteligentes y perfectas células tardaron más de treinta años en construir.
¿Por qué la naturaleza, que se supone que es tan sabia, permite que semejante aberración tenga lugar?”

“La corrupción empapa de tal modo el tejido social en que nos desenvolvemos, que ha acabado por aceptarse con total naturalidad”.

Un mensaje

Desde este humilde blog quiero enviar un mensaje a toda mi gente, y a todas esas personas que de algún modo han formado parte de eso que llamamos “La Vida”, mi propia vida.
A mi mujer y a toda su familia; a mi propia familia, tanto los cercanos como los lejanos, los que veo, los que no y los que nunca veré.
A mi jefe y mis compañeros de trabajo.
A esos empresarios para los que trabajé en tiempos en los que había más penas que glorias.
A mis amigos de Girona.
A aquellos colegas del barrio que hace tanto que no veo, quizás por eso mismo, porque no son más que colegas.
A la gente de Tremp y la de Pobla, los que son amigos, que son bien pocos, los conocidos y los que sólo me suena su cara o ni siquiera me suena, y al resto de habitantes de esta provincia dejada de las manos de Dios y del Demonio.
A los inmigrantes y emigrantes de estas y todas las tierras.
A los que siempre dicen que van a hacer algo que nunca hacen, a los que sí lo hacen, a los que ya ni lo dicen porque se conocen, a los que lo hacen sin pensar…
A los que aman, a los que sufren, a los que viven la vida sin vivirla, a los que la viven a tope.
A los que odian porque no lo pueden evitar, a los que sí pueden y siguen odiando por puro placer –el más dañino de los placeres-.
A los que saben valorar una sonrisa ajena, a los que la saben regalar, los que la dan espontáneamente, los que se la tragan por no darla aunque haga daño, los que no pueden, los que no saben sonreir…
Quiero enviaros a todos un mensaje y que quede escrito aquí para toda la eternidad:




¡MIRA QUÉ PANTALONES DE CUERO NEGRO MÁS GUAPOS QUE ME HE COMPRAO CON UN 10% DE DESCUENTO!!!!!!


Gracias a Patricia Conde por la idea.

2 feb 2009

Radio 3

Me encanta Radio 3.

180 grados.
Discópolis.
La Libélula.
Hoy empieza todo.
Siglo 21.
Como lo oyes.
El Ambigú...

Me encanta Radio 3.

Virginia díaz.
Juan Suárez.
José Miguel López
Virginia Díaz.
Diego Manrique.
Tomás Fernando Flores.
Pilar Arzak.
Virginia Díaz...

Es que Radio 3 me encanta.