Que si las 100 mejores canciones de rock, que si las de pop, que si disco del año, que si el disco más influyente, que si Grammys, que si leches en vinagre…
¿Y no os pasa que la mayoría de las veces no coincidís en absoluto con la resolución del jurado en cuestión?
Yo me he encontrado con listas de guitarristas de rock que no mencionan a Joe Satriani…por poner un ejemplo.
Y con listas de canciones, de discos o de grupos rellenas de estupideces que olvidan por completo a artistas fundamentales.
¿No estáis hartos de que los premios se los lleven siempre los mismos?
Si la respuesta es “Sí” no dudéis en crearos vuestros propios premios. Eso es lo que he hecho yo. Desde 2005 creo mi propia lista anual de premiados y nominados, y los galardonados son lo mejor que ha llegado a mis oídos durante ese año, independientemente de si se ha publicado o no ese año, evidentemente con un margen de antigüedad, que este año deja fuera de concurso todo lo anterior a 2003.
Parece una tontería ¿verdad?
Pues lo es.
Pero yo me lo paso bomba.
Básicamente porque tiene muchas ventajas. Puedes crear o eliminar categorías a tu antojo, tú eres el único jurado, lo que te permite galardonar a quien te da la gana, aunque sólo sea porque te cae simpático (en lo que intento caer lo menos posible); y nadie te lo puede discutir, opinar sí, pero no discutir, sobre gustos…
La única pega es que nadie viene a recogerlos, pero oye, todo eso que te ahorras. Imagínate el gasto. La gala, las estatuillas, los figurantes, el menda que levanta el cartel que pone “aplausos” o “risas”…
Imaginaréis que tengo mucho tiempo libre. Bueno, pues algo sí, más del que he podido disponer nunca desde que me gano las habichuelas, pero tampoco tanto, no te creas.
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