Si me hubiese parado a escuchar “Deadwing” de Porcupine Tree más atentamente (lo que no hice hasta el año siguiente) la lista de este año sería totalmente diferente. Probablemente hubiesen ganado 4 ó 5 premios, entre ellos los más gordos, pero mi frikipasión por la Mocosa Flacucha era muy fuerte entonces.
En 2007 descubrí el jazz y asistí a mi primer concierto de este estilo, el de Michel Camilo, una verdadera pasada.
También tuve ocasión de crear mis propias canciones con ayuda del PC, un teclado midi, el Reason y el Cakewalk. Ese año me lo pasé bomba componiendo y aprendiendo a tocar, pero claro, demasiado esfuerzo para un perezoso declarado como yo. Duró lo que duró.
Radio 3 seguía siendo una de mis fuentes principales, pero el programa rockero de Carlos Pina fue el que más escuché, seguido de la siempre presente Virginia Díaz, con la que descubrí a Silje Nergaard y Michel Camilo. Todavía me seguía nutriendo de Myspace, buscando bandas por extraños países como Japón y Nueva Zelanda, pero con mucha menos incidencia.
Mi vida ya estaba más o menos estabilizada, dentro de lo que se puede intuir como “estalibidad”, por eso me entró la inquietud de conocer el jazz. Mis oídos ya estaban preparados para escuchar música técnica, de ahí lo del jazz, Porcupine Tree, Dream Theater o Kaipa.
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