“Permanecimos apretujados de aquella manera hasta primera hora de la mañana. Los disparos y las explosiones habían durado menos de una hora, pero nos habían asustado mucho porque ninguno de nosotros había oído nunca disparos en las calles. Entonces eran sonidos desconocidos para nosotros. La generación de niños afganos cuyos oídos no conocerían otra cosa que no fueran los sonidos de las bombas y los tiroteos no había nacido aún. Acurrucados en el comedor y a la espera de la salida del sol, ninguno de nosotros tenía la meor idea de que acababa de finalizar una forma de vida. Nuestra forma de vida. Aunque sin serlo del todo, aquello fue, como mínimo, el principio del fin. El fin, el fin oficial, llegaría primero en abril de 1978, con el golpe de estdo comunista, y luego en diciembre de 1979, cuando los tanques rusos se hicieron dueños de las mismas calles donde Hassan y yo jugábamos, provocando con ello la muerte del Afganistán que yo conocía y marcando el principio de una época de carnicería que todavía hoy continúa.”
Realidad pura, sin tapujos. “Cometas en el cielo” es una estremecedora y emocionante novela que narra la triste historia reciente de Afganistán. Si lo vas a leer prepárate, porque toca la fibra más sensible, va directa a las emociones. Pero ojo, no es un dramón lacrimógeno, simplemente es la pura realidad.
Excelente historia de este afgano residente en Estados Unidos que te hace entender a la perfección el caos que reina hoy en día en Afganistán.
Sin ser el estilo que más me gusta tengo que reconocer que el libro es cojonudo, y me ha hecho pasar muchos y muy buenos ratos, pero también malos. En realidad muchos más malos que buenos, pero siempre por culpa del argumento, porque está escrito con una técnica y un estilo impecables. Tanto los personajes como la historia son perfectamente creíbles, y la pasión con que ésta está escrita no te deja un segundo de descanso, no para de enviarte emociones fuertes y directas para que las digieras como buenamente puedas. Aviso, si te dejas llevar, en más de una ocasión se te pondrán los ojos vidriosos. Mi consejo es… que te dejes llevar.
Os dejo otros dos fragmentos muy significativos. No tienen desperdicio.
“Farid señaló a dos hombres que charlaban animadamente en una concurrida esquina. Uno de ellos cojeaba de una pierna. La otra estaba amputada por debajo de la rodilla. En las manos sujetaba una pierna ortopédica.
-¿Sabes qué están haciendo? Regatear el precio de la pierna.
-¿Está vendiéndole su pierna?
Farid hizo un gesto afirmativo con la cabeza.
-En el mercado negro puede obtenerse un buen dinero por ella. El suficiente para alimentar a los hijos durante dos semanas.”
“Me meo en la barba de todos esos santurrones. No hacen nada, excepto sobarse sus barbas de predicador y recitar un libro escrito en un idioma que ni siquiera comprenden. Que Dios nos asista si Afganistán llega a caer en sus manos algún día.”