Y nada mejor que leer a William Shakespeare cuando uno está necesitado de superficialidad.
Creo que escogeré con más cuidado mi próxima lectura.
Ojo, que está muy bien. La historia es potente. Y además, nunca había leído una obra de teatro. Es totalmente diferente a una novela. La imaginación del que lo lee está un poco condicionada, porque uno no para de imaginarse un escenario y una serie de actores (necesariamente buenos) con ropajes de época, pero a pesar de ello, la desbordante facilidad para crear ambientes y estados de ánimo diferentes del autor hace que uno se imagine las cosas de una manera muy especial, casi real.
Los personajes son geniales, sobretodo Hamlet, y tiene unos puntitos de humor que se agradecen mucho.
En fin, ya he leído algo de Shakespeare, y como también me he leído “El Quijote” ya me puedo morir tranquilo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario