Y yo como saber lo que es saber, no es que sepa mucho (hasta ahora creía que sabía de música, pero visto lo visto ni eso)… pues eso, que me he comprao un amoto.
Esa pedaso de 125 que se no hace falta ni el carné de moto pa conducirla, cosa que no entiendo mucho porque lo suyo me costó poner los dos pies en los estribos, ¡los dos! Es que no había llevado una moto en mi vida, pero ahora ya he recorrido más de mil kilómetros.
Éstas son las primeras fotos después de recorrer mis primeros kilómetros por gentileza de mi colega D.M., que me hizo parar para comprobar que todo iba bien. Ese día demostró que aún quedan por ahí personas dispuestas a hacer algo por alguien desinteresadamente. Por cierto, D.M. tiene una peazo moto que cuando se mete por el túnel de Viella tiene que plegar los retrovisores para no rallarlos.


Sí sí, chupao una leche.

Ni te imaginas lo que estoy disfrutando con esta maquinita, es genial.
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