¿Os acordáis de aquellos tres que secuestraron en África los de Al Qaeda?
Sí, los que ya liberaron.
Pues a uno de ellos no se le ha ocurrido otra cosa que pedir una indemnización al gobierno por daños y perjuicios.
(¿...?).
Vamos a ver...
Iremos por partes porque si no esto no se entiende.
-Se organiza una carabana de ayuda humanitaria a una de las regiones más peligrosas e inseguras del mundo, lo que en principio está muy bien.
- A la carabana se apunta, innecesariamente, un mogollón de gente sin protección militar para poder vivir en primera persona el agradecimiento de los ayudados. Y de paso pegarse unas vacaciones en forma de aventurilla que te cagas. Esa aventurilla tiene un enorme gasto, venga de donde venga, que si se tuviese algo de integridad se utilizaría para ayuda humanitaria, que se supone que es el objetivo principal.
- Estos tipos son supervalientes, porque se trata, como he dicho, de una de las regiones del mundo más peligrosas, y se arriesgan, como mínimo, a ser raptados.
- Los raptan. Qué sorpresa.
- Después de un angustioso y largo intervalo de tiempo, angustioso no sólo para ellos, si no para todas las personas que tenían algo que ver con ellos que pasaron un calvario pensando cada día si los volverían a ver, los liberan. Pero claro, gracias a que el gobierno paga el rescate, aunque diga que no, y quien dice el gobierno dice los contribuyentes, rescate que podría haberse usado para construir escuelas, centros de atención médica, etc. Por no hablar del follón político que se montó, con una presión constante de la oposición al gobierno, que bien les podría costar un resultado electoral adverso, que aunque sea problema de ellos, da una idea de la magnitud del problema.
- Problema que se agranda con los ingentes gastos de dietas y transportes destinados a los mismos liberados y a la delegación diplomática, que por supesto, paga el gobierno, es decir, el contribuyente, y que, insisto, se podría haber utilizado para ayuda humanitaria.
- Son recibidos como héroes. ¿?
- Y ahora, uno de los mendas le pide una indemnización al gobierno. O sea, al contribuyente, indemnización que, evidentemente, se quedaría él, y no sería destinada a ayuda humanitaria.
Mecagüen...
El resultado de todo esto es que los terroristas son los grandes beneficiados de todo este embrollo, quedándose el material de ayuda, y sobretodo, la pasta del rescate, que seguramente multiplica varias veces el valor de lo de la carabana. Y los que yo considero culpables por ilusos, idealistas, nulopensadores y capullos son tratados como héroes, lo que les incita, encima, a exigir responsabilidades a quien les ha salvado de una muerte segura.
¿Héroes? Mecagüen. Os creéis en posesión de la verdad y no os dais cuenta de que vivís en un mundo imaginario. Ya os espabilaría yo. Capullos. Lo voy a dejar aquí porque supongo que ya os imagináis lo que estoy pensando ahora mismo, y no veo necesario afear este blog con improperios de todo tipo.
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