“La idea de que en la naturaleza los animales son incorruptos y pacíficos, mientras que el hombre es corrupto, violento e innatural, es una estupidez sin paliativos, pura y dura, al cien por cien”.
Poderoso extracto de esta novela que narra la vida de un chimpancé en una familia de humanos donde se le trata como tal. Muy realista. No es una comedia divertida de las gracias de un monito. Es un ensayo científico de las semejanzas y diferencias entre los chimpancés y los seres humanos. Para hacerse una idea de lo anterior, los chimpancés se parecen más en sus comportamientos y capacidades a los humanos que a los gorilas o los orangutanes. Son capaces de aprender a comunicarse de una forma básica con el lenguaje de signos de los sordomudos, entre otras muchas cosas.
Está contada de una forma diferente, se trata de entrevistas a los protagonistas de la historia, sin intervención de un narrador.
Es una novela interesante y profunda, sobretodo interesante, podría llegar a connmover, si uno de deja. Es amena y entretenida, pero no es de esas lecturas que enganchan o que te hacen meterte dentro hasta lo más profundo, al menos a mí no me ha pasado. Está bien, simplemente bien. Se aprende mucho sobre el comportamiento de los grandes simios, pero claro, para impresionarse el tema ha de interesar.
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