
!Fernando Alonso ganó en Singapur!!!!!
!UEEEEEEEEEEEE!!!!!!
!UEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!
!Se hizo el milagro!
Un diez por ti, machote, contigo hasta la muerte, en las buenas y en las malas.
Éste es un blog personal, no esperes gran cosa, aquí sólo aparecen algunas de las cosas que me importan o me divierten, libros, pelis, Formula 1... y otras bobadas que se me ocurren.
Remeic (¿o se escribe remake?) justito de la genial “La invasión de los ladrones de cuerpos”. ¿Qué sentido tiene hacer una peli que es copia de otra? Es como ver una peli que ya has visto. Lleva la moraleja de “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, recontada y resabida, nada nuevo. Si se tiene algo mejor no es necesario verla, ni mucho menos. Salen Nicole Kidman y Daniel Craig (el nuevo James Bond) en un papel más que discreto, por no decir insustancial.
Es una peli rara. Me gustan las pelis raras, como “Memento” o “Cómo ser John Malkovich”. Pero ésta no tiene nada de surrealista, al contrario, se unen el más crudo realismo y la más pura fantasía para reflejar lo absurda, difícil y contradictoria que puede llegar a ser una relación de pareja.
Ésta, como “Olvídate de mí”, también es una peli rara, no en vano es de David Cronenberg. Va sobre juegos de realidad virtual. El lío es que dentro del juego, los personajes se ponen a jugar a otro juego, y dentro de éste a otro, lo que le lleva a uno a plantearse si en algún momento de la película ha habido algún momento de realidad real.
Ayer Isabel y J.C.Alonso fueron a dar un paseo por las calles del pueblo a las doce de la noche, y de paso tomar un café. Pasaron por delante de un bar pero parecía haber mal ambientillo, había un tipo con barba justo a la entrada que no hacía muy buena pinta. Pasaron de largo. Recorrrieron el pueblo de cabo a rabo y sólo encontraron bares que hacían buen uso del verbo “cerrar”, tanto en su forma de participio como de gerundio. Volvieron al garito del principio y entraron. El tipo de barba seguía allí, tranquilo y solitario. Además, había una chica embarazada con un carrito, una mulatilla que correteaba por todo el local y un par de grupos de personas charlando afablemente. Lo del mal ambientillo, por suerte, resultó ser una mera suposición.
Ésta es la peor película que he visto en mucho, pero que mucho tiempo. Incluyo cualquier bodrio tipo cine de barrio que hayan podido dar por la tele. Es tan mala que ni siquiera hace reír. El caso es que parecía algo. A mí me gusta la ciencia-ficción, y una peli sobre agujeros negros me llamó mucho la atención. Pero esto es realmente terrible. No llegué ni al la media hora, los párpados me pesaban toneladas, y como no había nada que ver me rendí a un sueño la mar de agradable, mucho mejor que estar soportando un esperpento así de espantoso.
Ayer fui al cine otra vez, al mismo cine en el que vi La Momia, y la peli que vi también está protagonizada por el mismo tipo, Brendan Fraser.
Podría empezar de muchas maneras pero prefiero hacerlo diciendo que si “La sombra del viento” me gustó, éste me ha gustado aún más.
Ayer vi una película. Parece que sea un hecho trivial, la diferencia es que últimamente he visto pelis. Ayer vi una película de verdad. “Ahora o nunca” es un peliculón. Es un duelo interpretativo entre dos monstruos, Jack Nicholson y Morgan Freeman. Impecables los dos. Actuaciones que te llegan al alma. Estos sí que son actores de verdad, perfectos en todos los trabajos que hacen, siempre al más alto nivel. La película exige ese alto nivel y ellos responden a la perfección. Por supuesto nadie duda de su calidad, pero tampoco nadie dudaría por la de por ejemplo Al Pacino. Pues yo sí. Desde mi humilde opinión dudo de Al Pacino y de todo aquél que no se entregue en cuerpo y alma a ese trabajo tan especial que realizan, que lo exige. Ser actor no es cualquier cosa, tienen que convencer, que hacer sentir, y otras muchas cosas, y estos dos tipos lo hacen.
A unos cien metros de allí había una pequeña plazoleta capitaneada por una bonita y antigua fuente seca desde la que se divisaba perfectamente el portal y la ventana del comedor del piso del desaparecido. Desde allí, sentado semiagazapado en un banco, expiaba Blas.