8 mar 2011

¡También empieza la temporada ciclista!


Empieza la temporada ciclista de 2011 con nuevos retos e ilusiones, pero antes de mostrar el nuevo material voy a proceder a desglosar con todo detalle las temporadas anteriores, adjuntando datos sobre número de salidas, kilometraje y el que fue el lema de la temporada. Ahí va:

2010: 0 salidas, 0 kilómetros.
Lema: Teniendo moto voy a ir yo en bici.

2009: 1 salida, 10 kilómetros.
Lema: Joder cómo cansa esto, será mejor que me compre una moto.

2008: 3 salidas, 30 kilómetros.
Lema: Acabo de hacer 10 kilómetros y la barriga sigue igual de gorda. A la mierda.

2007: 3 salidas, 40 kilómetros.
Lema: Cualquier excusa es buena para no coger la bici.


NUEVO MATERIAL

Gafas antiviento con cristales de colores intercambiables

Ideales para conjuntar con la ropa. Muy ligeras y cómodas. Tapan el viento a la perfección, no como las que tenía, que en las bajadas se me caían unos lagrimones como puños.
Cedidas por el departamento de esponsorización y marketing de la prestigiosa empresa de material y reparación de bicis Maxicicles.

El gorro

Sorprendentemente no cumple la función principal del gorro, que no es otra que molestar. Pero sí cumple otras funciones secundarias a la perfección, como aportar seguridad y comodidad.
Cedido también por el mismo departamento de Maxicicles.

La burra

Marca Amat, líder de ventas en El Papiol. Su edad es difícil de definir, pero dudo que tenga más de 22 años. Compuesta por materiales de última generación, incluido el cuadro, que es de hierro puro. En la foto aparece en el banco de pruebas que tengo en casa.
Peso: mucho.

El cambio

Revolucionaria tecnología que, mediante un chip implantado en el cerebro hace posible cambiar de desarrollo con la mente. Tiene dos modos, el automático, que analiza los datos de la carretera y el estado físico del ciclista y aplica el desarrollo adecuado a cada momento; y el manual, que cambia el desarrollo a voluntad con un mensaje neuronal.
Como es un tecnología en pruebas generalmente falla, por tanto casi siempre tienes que bajar la mano hasta las manetas y cambiar tú mismo. Eso sí, puedes poner el desarrollo que quieras. Si pasas de los piñones grandes a los pequeños sólo tienes que tocar un poco la maneta del plato para que no roce la cadena. El cambio va de puta madre.

Marcador de vueltas del Cateye Solar multifunción

Va muy bien, la única pega es que es lo único que queda, el relojito lo perdí hace mucho tiempo.

Zapatas de freno

Eficacia probada. Por debajo se puede leer un inscripción que dice: Tú no te embales mucho, por si acaso.

Logotipo de la marca

Bello detalle que muestra el riguroso mantenimiento seguido anualmente por el propietario.

Cadena antirrobo y maletero

Dos piezas fundamentales. Con la cadena antirrobo sólo hay que tener en cuenta un detalle: Vigila no pierdas la llave que si no estamos jodidos.
El recién pintado maletero es muy útil. Sirve para llevar el equipaje, el chubasquero (si lo atas con un pulpo), la compra, e incluso a los niños y a la abuela si hace falta.
Obsérvese el detalle del alambre enrollado en la parte trasera. De más de un apuro te puede sacar.

El sillín

Tapizado exquisitamente con cuero chino y grapas de acero inoxidable.

Los piñones

Son de bici de montaña. Ideal para piernas flácidas. Fue montado por el ingeniero jefe del departamento de tecnología e investigación de Maxicicles.

Calapié con zapatilla incorporada de la prestigiosa marca china Naic

Obsérvese que la zapatilla queda sujeta al calapié con total perfección, sin necesidad de que nadie la sujete para hacer la foto.

La ropa

Maillot y culotte. Nombre genérico: chándal. Piezas de ropa ideales para sentarse en el sofá de casa y ver el Tour con toda comodidad.
Maillot: 6,5 euros en el Unipreus de la vía.
Culotte: 6 euros, también en el Unipreus de la vía.


Conclusiones:
Parece increíble, pero la bici va de puta madre.

Agradecimientos:
Al gerente y director ejecutivo de Maxicicles. Gracias neng.



PRIMERA SALIDA DE LA TEMPORADA

Después de engrasar un poco la burrita e inflar las ruedas me subí en ella. Acostumbrado a la postura de la moto me sentí rarísimo, pero a las pocas pedaladas la conclusión fue muy clara: Todavía sé montar en bici.
Los primeros metros fueron de control. Casco: no se mueve, y no pesa. Gafas: veo. Piernas: bien, una semanita haciendo un rato de footing cada día se nota. Pulmones: bien. Culo: psé psé, por tapizado que esté el sillín está duro como una piedra.
Poco a poco iba afianzando el ritmo y encontrándome mejor. Subía piñones con el desparpajo y la confianza del buen ciclista aficionado. Todo iba a la perfección…
…hasta que empecé el segundo kilómetro.

A partir de aquí mi vida se convirtió en un auténtico calvario. Después de la rotonda de Pobla y camino de Senterada la carretera mira hacia el cielo y se convierte en una descomunal tortura. Estoy seguro que el porcentaje debe sobrepasar con creces el 1%. Mis piernas se inflaron como globos sonda, los pulmones se quejaban con espantosos chirridos, con horrible desespero miraba una y otra vez hacia abajo rogando al cielo que por arte de magia hubiese aparecido otro piñón mas grande. Pero no. Tuve que superar la terrible rampa de por lo menos 200 metros a base de fuerza y pundonor.

Lo peor había pasado, o eso pensaba. La carretera hasta Senterada sigue una continuada pero suave ascensión y te obliga a pedalear todo el rato. Si dejas de pedalear te paras. Es una putada. Las piernas iban cogiendo tono, pero respirar me costaba un poco, no por falta de capacidad pulmonar, sino porque la barriga me cierra conductos y tengo que ponerme recto para poder llenar bien los pulmones. Pero lo peor es el culo. El sillín (por tapizado que esté) se convierte en una herramienta de fakires que provoca un molesto dolor punzante y continuo que llega a ser insoportable. Y los brazos. Y las manos. Mira que está duro el manillar, podrían hacerlos de goma.

El fantasma del coche escoba revoloteaba continuamente sobre mi cabeza, deseaba con todas mis fuerzas dar la vuelta y tirar pa casa. Pero entonces sobrevino un momento mágico, una de esas experiencias que hacen que creas en el más allá. Una señal. En el suelo, brillante como un diamante, y casi imposible de discernir dada la vertiginosa velocidad que llevaba que rondaría los temerarios 10km/h, vi una chapa de botella de cerveza. Esplendorosa. Roja como un Ferrari y con una preciosa estrella dorada en su centro. Me hizo pensar en lo que me esperaba al llegar a casa: Una lata de cerveza marca Día. Fresca… sabrosa… y ese cigarrito… y esa butaca… mullida…
Lejos de dejarme vencer por la tentación, la mística experiencia me dio alas y continué pedaleando hacia Senterada.

Pero un par de kilómetros después del túnel el dolor de culo era tan fuerte que  pensé: -¿Sabes qué? Hasta aquí hemos llegao. Si sigo parriba lo voy a pagar caro, y hay más días que longaniza.
Así que me di la vuelta y disfruté el trayecto hasta que llegué a casa satisfecho por el deber cumplido. Al llegar me fui directamente a la nevera.

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